Pareciera que a fin de cuentas soy un hombre solitario
una parte de mi tiene vocación de serlo
los rostros se pierden en una espesura de gestos
cuando se miran desde tan lejos
pero cuando el trabajo ha acabado
me dibujo de nuevo en la realidad
de pronto sólo soy yo y la calle y mis pasos
entonces me doy cuenta:
sólo un poco de mi tiene vocación de solitario
...al resto de mi ...le duele
martes, 1 de diciembre de 2009
miércoles, 28 de octubre de 2009
Ahora un adiós
Ahora un adiós,
no inesperado, pero en todo caso repentino,
como un huracán que se esperaba, pero que no puede ser detenido,
viento frío, entonces cada palabra tiene un gusto amargo de tristeza
y del cielo en penumbra
se deja caer un manto gris sobre cada cosa, sobre todas las cosas
sobre las calles, los faroles, las ventanas,
sobre mis pasos y mi sonrisa,
sobre mis hombros,
como si de repente pesara aun mi propia sombra,
sobre cada cosa, sobre todas las cosas,
pero no sobre aquellos ojos por los que suspira el alma y añora todavía
Un viejo río viene a humedecer los corredores de la conciencia,
los pensamientos se resbalan y arrastran consigo a las palabras,
en un instante se desmadeja la fuerza del valiente y sucumbe...
ante una rosa que hiere sin querer,
con sus pétalos más que con las espinas,
con un cántico sentido que no deja lugar a las excusas.
El tiempo se comprime...
de un solo instante un universo sostenido,
tan solo un esfuerzo más para mantener todas las lágrimas en su sitio,
para recoger los restos de la armadura y componerlos sobre el cuerpo,
tratando de no parecer tan vencido,
tratando de que mi parecer no nuble su juicio,
doy media vuelta para no verla partir
y un “no te vayas” se ahoga...
en algún lugar entre el corazón y la garganta.
no inesperado, pero en todo caso repentino,
como un huracán que se esperaba, pero que no puede ser detenido,
viento frío, entonces cada palabra tiene un gusto amargo de tristeza
y del cielo en penumbra
se deja caer un manto gris sobre cada cosa, sobre todas las cosas
sobre las calles, los faroles, las ventanas,
sobre mis pasos y mi sonrisa,
sobre mis hombros,
como si de repente pesara aun mi propia sombra,
sobre cada cosa, sobre todas las cosas,
pero no sobre aquellos ojos por los que suspira el alma y añora todavía
Un viejo río viene a humedecer los corredores de la conciencia,
los pensamientos se resbalan y arrastran consigo a las palabras,
en un instante se desmadeja la fuerza del valiente y sucumbe...
ante una rosa que hiere sin querer,
con sus pétalos más que con las espinas,
con un cántico sentido que no deja lugar a las excusas.
El tiempo se comprime...
de un solo instante un universo sostenido,
tan solo un esfuerzo más para mantener todas las lágrimas en su sitio,
para recoger los restos de la armadura y componerlos sobre el cuerpo,
tratando de no parecer tan vencido,
tratando de que mi parecer no nuble su juicio,
doy media vuelta para no verla partir
y un “no te vayas” se ahoga...
en algún lugar entre el corazón y la garganta.
sábado, 17 de octubre de 2009
III
Esta es mi noche lamentable (a plena mañana, el sol acercándose a su cenit)
oscuridad espesa y pesada, como nadar en brea,
como si el tiempo se desviara y de repente las horas fueran más largas y más tortuoso el resistirlas,
sólo, escondido hasta de la luz de los pasillos,
esperando quizá una condena, un fusilamiento sin preaviso, sin un último deseo material.
La ventana está ya abierta, se oye música de cuervos y de culpas y vergüenzas
una decepción profunda rasgando el aire como una saeta ineludible,
alcanza... hiere... quema.
Sobre el suelo, como sin vida,
mi humanidad atravesada sangra penas trasparentes por los ojos,
desnuda por encima de la ropa, inocuo, vulnerable
tal la culpa, tan trágico el suceso, tan vaga la esperanza
y aún así tan inevitable el camino.
oscuridad espesa y pesada, como nadar en brea,
como si el tiempo se desviara y de repente las horas fueran más largas y más tortuoso el resistirlas,
sólo, escondido hasta de la luz de los pasillos,
esperando quizá una condena, un fusilamiento sin preaviso, sin un último deseo material.
La ventana está ya abierta, se oye música de cuervos y de culpas y vergüenzas
una decepción profunda rasgando el aire como una saeta ineludible,
alcanza... hiere... quema.
Sobre el suelo, como sin vida,
mi humanidad atravesada sangra penas trasparentes por los ojos,
desnuda por encima de la ropa, inocuo, vulnerable
tal la culpa, tan trágico el suceso, tan vaga la esperanza
y aún así tan inevitable el camino.
lunes, 12 de octubre de 2009
poema de lluvia
Rumor húmedo de viento invernal,
nubes agolpando oscuridad sobreponiéndose al día…
gotas…
minúsculos pellizcos sobre la piel expuesta
anunciando el inevitable vendaval.
Instantes prófugos apenas bastan
y se desbarata el cielo de agua en carnaval
con su canción percutora sobre el techo de acrílico
en el afanoso refugio que busqué instintivo
llueve y llueve y no cesa de llover,
afuera la gente corre angustiada
ocultándose bajo paraguas que parecen diminutos, permeables,
pero todo está seco aquí
y el espectáculo lamentable obliga a sentirse afortunado…
de qué?
ahora el rumor húmedo de un suspiro,
mirada ensombrecida sobreponiéndose a los ojos pensativos…
gotas…
condensándose apenas por una esquina del párpado
anunciando el inevitable vendaval
Camino ahora por la calle
tratando de que la lluvia endulce (o disimule) el agua de mis mares,
motivado sobretodo por la vergüenza,
empapado del último refugio que me queda
....
y tan sólo llueve ...y llueve ...y no cesa de llover
nubes agolpando oscuridad sobreponiéndose al día…
gotas…
minúsculos pellizcos sobre la piel expuesta
anunciando el inevitable vendaval.
Instantes prófugos apenas bastan
y se desbarata el cielo de agua en carnaval
con su canción percutora sobre el techo de acrílico
en el afanoso refugio que busqué instintivo
llueve y llueve y no cesa de llover,
afuera la gente corre angustiada
ocultándose bajo paraguas que parecen diminutos, permeables,
pero todo está seco aquí
y el espectáculo lamentable obliga a sentirse afortunado…
de qué?
ahora el rumor húmedo de un suspiro,
mirada ensombrecida sobreponiéndose a los ojos pensativos…
gotas…
condensándose apenas por una esquina del párpado
anunciando el inevitable vendaval
Camino ahora por la calle
tratando de que la lluvia endulce (o disimule) el agua de mis mares,
motivado sobretodo por la vergüenza,
empapado del último refugio que me queda
....
y tan sólo llueve ...y llueve ...y no cesa de llover
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